Luego de conocerse la libertad de uno de los imputados por el caso Arri y del comienzo de las audiencias la semana anterior, se retomó la actividad en tribunales ayer con el proceso para los cuatro corondino imputados en la causa.
Tras la segunda audiencia, uno de los detenidos, Juan Pablo Rivero, emitió una carta desde su lugar de detención en la que dice que “se vio la clara injerencia del fiscal en la gran mayoría de los declarantes presentados por él al punto de que una de las testigos se quebró por los nervios y manifestó que el viernes vio el vídeo en fiscalía, y seguro le sugirieron qué y cómo declarar. Se quebró al punto que mencionó a un par de jefes de policía que hacían cosas fuera de la moral de acuerdo a sus funciones y jerarquías, que se habían borrado esa noche, y calculo, deben estar muy preocupados ahora».
Más adelante Rivero continuó al decir que «la sugerencia de qué y cómo declarar fue seguro también para los otros testigos propuestos por la fiscalía (quedó muy obvio). Pero, no les sirvió de mucho, la mentira tiene patas cortas y están saliendo a la luz muchas de ellas. Quedaron expuestos. Varios se tuvieron que retractar al querer cambiar declaraciones y los falsos testimonios que habían presentado los terminaron sacando ellos mismos (para no hundirse mas aún)».
«Hasta el momento va queriendo encaminarse. Sostengo lo que dije, sé que seré condenado. Logré ver un teatro entre fiscal y sus testigos (muy evidente). Familiares haciendo de remiss de los testigos (ahora me cierra por qué cambian declaraciones), pero me reservo la opinión. La verdad es que si algún funcionario realizaba cosas moralmente fuera de su función en beneficio propio, no me interesa, quedará en su conciencia. Solo espero que mi condena sea leve» agregó el corondino.
«Busco que se aclare todo referente a mis intenciones de dolo (porque soy inocente de lo que de se me acusa), solo me interesa mi situación (y la de mis compañeros). Quiero dejar en claro que nadie de los cinco imputados quiso que esta tragedia termine así, menos para Emiliano y su familia, fue muy lamentable para todos. La gente que me conoce (que no es poca) sabe que soy buena gente, incapaz de hacer algo así, trabajador, sano, abocado a mi familia y a mi trabajo, tratando siempre de ser ejemplo y ayudar en lo que más pueda al prójimo y no tengo ningún vicio. Realmente es injusto pasar por esto y que digan lo que dicen (acusación), me duele mucho. Gracias a Dios mucha gente me manda buenas energías y se los agradezco de corazón porque no me hace sentir solo. Me siento respaldado, acompañado por ellos y en deuda con cada uno. Dios quiera que la verdad salga a la luz, confío en eso y tengo mucha fe» finalizó.