
El cura párroco Sergio Capoccetti respondió a través de las redes sociales a la carta pública que dieron a conocer los artistas Aldo Falcón y Mario Ramos en la cual expresaron su preocupación por no poder continuar con a restauración de una escultura en la Capilla del Niño Jesús.
«El pasado 24 de diciembre del presente año comenzó a circular en los medios de comunicación una carta abierta a la comunidad de Coronda firmada por el señor Aldo Falcón como profesor del Liceo Municipal y por el señor Mario Ramos, en su calidad de ayudante personal del artista» comenzó su respuesta Sergio Capoccetti.
«Dado que la obra de restauración es un convenio entre el Liceo Municipal y la Parroquia me he reunido el pasado lunes 27 con el Director a cargo del Liceo, la Secretaria de Cultura Municipal y el Señor Intendente» agregó el presbítero.
«En esa reunión hemos ratificado la conclusión de la obra como se había pactado en un principio. También hemos aclarado que esa estatua no se moverá de ese predio. El control del trabajo y cumplimiento de horarios estará a cargo de la Municipalidad de Coronda. En la próxima semana se hará entrega de una llave para que pueda ingresar a un depósito para la protección de las herramientas del señor Falcón. Mi silencio sobre los distintos párrafos de la ‘carta abierta’ no significan para nada un otorgamiento de veracidad de lo allí expresado. El Señor de la Verdad, bendiga a todos» finalizó el párroco.
El profesor Aldo Falcón y Mario Ramos sintieron la imperiosa necesidad de dar a conocer algunos hechos relacionados con la restauración de la escultura situada en terrenos de la Capilla del Niño Jesús, popularmente conocida como El Ángel del cementerio viejo.
En el año 2015 el profesor Falcón presentó ante las autoridades del Liceo Municipal un proyecto de restauración de las esculturas públicas. Dicha tarea se llevaría a cabo 5 horas y 20 minutos semanales repartidas en dos días con el objetivo de cumplir con las tareas diferentes a las que fue designado por la autoridad médica correspondiente.
Para colaborar en la restauración, Falcón invitó a Ramos a incorporarse ad honorem, contando con un seguro que cubriría daños personales derivados de posibles accidentes en dichas tareas. La primera escultura restaurada fue la de Alfonsina que se encuentra en el patio del Liceo. Le siguieron las tres emplazadas en el frente de la Escuela Oroño.
Ante el insistente pedido de la entonces Secretaria del Liceo, Graciela Frutos, desgraciadamente fallecida, se accedió a restaurar «El Ángel». Dicha escultura se encontraba en un lamentable estado de conservación debido al inexistente cuidado y mantenimiento.
Sólo quien conozca el difícil arte de la restauración, en las precarias condiciones y con los escasos recursos materiales con que se practica en dicha escultura, puede apreciar las diferencias entre el estado actual y el anterior.
Las únicas herramientas provistas fueron dos viejas escaleras, el resto es de propiedad de los restauradores. Sin entrar en demasiados detalles se aclara que hubo que limpiar exhaustivamente las numerosas capas de cal que impregnaban todas las rugosidades, pliegues y porosidades.
Luego reproducir con material las partes faltantes, rellenar grietas y roturas. El trabajo fino de recuperar las facciones, la mano y el pie que se ve, sin contar con datos sobre el material usado por el autor, y sin imágenes de la época en que estaba sana, fue una tarea de gran paciencia y sutileza.