Qué son los «bichitos negros» que invaden la ciudad junto a los mosquitos

En tiempos donde volvieron a aparecer casos de dengue en nuestra Provincia (en Coronda solo se dieron dos casos, uno de ellos la pasada semana), la invasión de mosquitos es uno de los temas de conversación obligado, aparte del calor.

Es que en cada rincón de los domicilios y espacios públicos, la aparición de insectos se torna bastante molesta. «No sabés lo que es la isla» agregan los asiduos visitantes a nuestros hermosos paisajes. Las escasas lluvias, el calor y el importante repunte del río, colaboran con el nuevo ecosistema.

Pero ¿qué son esos «bichitos negros» que también invaden las piletas? Según los especialistas se trata de los trips, insectos de tamaño milimétrico del género Thysanoptera, y se pueden combatir de muchas maneras para evitar una urticaria. Llegaron a varias ciudades escapando de la sequía y las elevadas temperaturas que arrasaron con los cultivos.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo de Plagas, estos no son bichos, sino insectos, y su nombre científico es Caliothrips phaseoli. A estos parásitos se los conoce como Trips o «Piojos de paloma», ya que habitan recurrentemente en aves.

Los adultos son de color gris oscuro casi negro y miden poco más de 1 milímetro de longitud. Presenta el dorso de la cabeza y el tórax reticulados, las alas anteriores con dos áreas claras que las atraviesan a manera de bandas y las patas son oscuras con el extremo de las tibias claras. En cuanto a las larvas, su color es amarillo claro.

El ciclo de vida de este insecto comprende 6 estados: huevo, dos estadios ninfales activos; y otros 2 estados, que son prepupa y pupa, los cuales transcurren en el suelo, y el adulto. Las ninfas de trips también se denominan larvas.

Los trips se encuentran entre los artrópodos cuyas poblaciones son más abundantes en el cultivo de soja, especialmente en Brasil y Argentina. A pesar de su pequeño tamaño, los trips se encuentran entre las plagas agrícolas de mayor relevancia en el mundo, provocando daños a cultivos extensivos, frutales y ornamentales”, destacan desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).