Ni Una Menos se movilizó por el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”

A raíz del día Internacional de la Mujer, el colectivo Ni Una Menos se dirigió hacia la costanera de Coronda donde se realizó la lectura del documento por esta fecha.  

“Como cada 8M, hoy una vez más ponemos el cuerpo en las calles, lugar en el que históricamente se reclama, se lucha y se construyen las victorias colectivas. El contexto actual nos exige tomar una actitud defensiva: muchas de las conquistas que tardamos años en realizar se ven amenazadas por los misóginos que nos gobiernan. Ya lo advertía Simone de Beauvoir, “bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados”. Como feministas militantes es nuestra responsabilidad recordarlo.

Hoy, como otras veces, nos une el amor y el hartazgo.

El amor, la sororidad y la alegría de estar juntas son nuestra respuesta política ante la ausencia y el abandono del estado. Son también la potencia transformadora de una realidad que nos duele. La militancia feminista nos marca el camino de lo colectivo: nos une el amor y nos mueve el deseo de estar vivas, de estar juntas y de ser libres.

Estamos acá porque estamos hartas y enojadas. Hartas de las violencias cotidianas, enojadas por la desprotección de quienes deberían corregir las injusticias. Tuvimos la mala suerte de que se alinearan los gobiernos: nación, provincia y municipio encarnan un mismo modelo y eligieron el camino de la misoginia.

Tanto nación como provincia cerraron los ministerios de mujeres, géneros y diversidades ni bien asumidos, dejando a cientos de personas sin laburo y a miles sin las políticas públicas que allí se garantizaban. A esto se suma el vaciamiento de la línea 144 a nivel nacional y de los puntos violeta en la provincia.

A nivel nacional, ya desde la campaña, se viene desplegando una línea discursiva que pone al feminismo no solo como un enemigo sino como la raíz de muchos males. Los discursos de odio que se construyen desde el partido de gobierno son particularmente misóginos y homofóbicos, y repercuten en acciones concretas. ¿Cómo se explica, si no, que prendan fuego a lesbianas mientras duermen?

El gobierno nacional niega las violencias contra las mujeres y disidencias como estructurales del patriarcado (porque niega la existencia del mismo patriarcado) y desmantela las políticas públicas tendientes a sancionar y erradicar esas violencias y proteger la integridad de sus víctimas. Considera que la figura penal del femicidio es un privilegio con el que deben terminar a la vez que propone agravar las penas para las denuncias falsas en casos de violencia de género. A esto se suma el anhelo de deshacerse de derechos consagrados en leyes nacionales y por los que se luchó largamente: la ESI, el matrimonio ‘igualitario’, la identidad de género.

A nivel provincial, padecemos un gobierno que también nos odia. Durante el año 2024, les trabajadores estatales nos enfrentamos a una reforma previsional profundamente misógina. Desde los dichos de Boasso que atribuía la desfinanciación de la caja a que las docentes se jubilan jóvenes y vivían muchos años hasta el hecho de que las docentes mujeres fuimos las únicas afectadas con la suba de la edad. Esto se suma al recorte de las licencias por cuidados familiares: ¿quiénes se hacen cargo de las tareas de cuidado? El gobierno provincial, con estas políticas, profundiza cada vez más la feminización de la pobreza y la pauperización de la docencia.

A nivel municipal, exigimos un número de emergencia que funcione las 24 horas y seguimos reclamando que se separe el equipo de género y el de niñez. Estos equipos interdisciplinarios deben contar con presupuestos adecuados, con estabilidad laboral para sus trabajadoras, con más cargos. Las condiciones de precarización en las trabajan las profesionales del equipo no sólo vulneran sus derechos laborales sino que no permiten que desarrollen sus tareas en condiciones óptimas lo que a su vez vulnera los derechos de las víctimas. Según datos del propio equipo, en los últimos cuatro años las situaciones de intervención, acompañamiento y asesoramiento se triplicaron, pero las personas que las atienden siguen siendo tres.

En Coronda, nos faltan Griselda, Magalí y Yamila, y seguimos exigiendo verdad y justicia por ellas. La memoria está intacta.

Este año la marcha está mayormente signada por la indignación, la denuncia, la defensa de los derechos. Porque como nos recuerda Simone de Beauvoir, «Los derechos de las mujeres nunca se dan por adquiridos, tenemos que permanecer vigilantes toda nuestra vida». Las luchas por venir son contra el retroceso, contra el fascismo misógino, homofóbico, transfóbico, racista que proponen los gobiernos actuales. Para defender lo conseguido, para avanzar en todo lo que falta tenemos que poner el cuerpo en cada casa, en cada laburo, en las calles y en las urnas.

Las luchas por venir nos exigen unidad y trabajo en red. Por eso hacemos un llamamiento a todas las trabajadoras de las escuelas, de los centros de salud, de los comedores, de las casas propias y ajenas para construir un feminismo popular antifascista.

Foto: Ni Una Menos Coronda