Imputados por amenazas a guardiacárcel de Coronda

“Vamos a ver si sos tan polenta como le hacés a mi jefe en un buzón”. El mensaje llegó al Facebook de un guardia cuando se retiraba de su turno en la cárcel de Coronda. Un mes antes habían baleado una sede del Servicio Penitenciario (SP) en Rosario con una amenaza contra otro custodio de esa prisión. Ambos habían vigilado en su celda a Pablo Camino, condenado por homicidios y sindicado como jefe de un violento polirrubro narco en zona oeste, que este miércoles fue imputado por amenazas.

Junto a Camino fue imputada su novia, Melisa Samanta Negro, acusada de colaborar con las intimidaciones. Según la evidencia expuesta por el fiscal Pablo Socca su aporte consistió en registrarse en una base de datos y obtener información personal de una de las víctimas.

Además de dictarles prisión preventiva a ambos, ya detenidos por otros hechos, la jueza Verónica Lamas González recordó al SP que desde julio está pendiente un traslado de Camino a Piñero.

“Dejá de verduguear”

Camino fue acusado de haber ordenado una seguidilla de intimidaciones, entre las que se incluye una balacera del 10 de mayo pasado a una dependencia del SP situada en la esquina de Alsina y Pellegrini y tiroteada al menos seis veces en los últimos años.

En esta última vez un hombre que iba como acompañante en una moto bajó y disparó cinco veces contra la puerta sin herir a nadie. Luego arrojó una nota manuscrita dirigida a un empleado penitenciario firmada por “la mafia” y sugiriendo: “Dejá de verduguear a los de alto perfil”.

Según la evidencia ventilada este miércoles en una audiencia por Zoom, en el SP hay dos empleados con el mismo apellido que el consignado en la nota amenazante. Consultados ambos, uno asumió ser el destinatario.

Contó que como encargado de resguardar a los presos de alto perfil en Coronda nunca había tenido problemas con Camino, salvo «alguna discusión típica por cosas de la celda o permisos”. Pero en la cárcel tanto sus compañeros como otros presos le habían comentado que Camino se adjudicaba el atentado.

“Me dijo «vos sabés que si yo quiero averiguo dónde vivís», «tengo gente trabajando para mí», «yo manejo gente» y cosas así, pero es algo a lo que uno se enfrenta constantemente cuando está al resguardo de internos”, dijo el custodio.

Al mes siguiente, el 20 de junio, otro custodio de Coronda recibió amenazas en su Facebook. “¿Así que vos sos el que verdugueás a mi jefe? Vas a tener novedades pronto”, decía el mensaje enviado desde el perfil “Paulito Wachin”. Adjuntaba fotos de la familia del agente y datos personales como su domicilio, situación financiera y cuentas bancarias.

El penitenciario bloqueó al interlocutor, le dio de baja a su cuenta en la red social y denunció la amenaza. Al encontrarse con Camino en la siguiente guardia, éste le dijo: “¿Te pensás que soy un preso más? Vas a saber quién soy. Sé cuándo entrás o salís y que esperás el colectivo enfrente”.

El fiscal presentó como comprobado que el perfil de Facebook del que partió la amenaza era usado por Camino. En la cuenta, que tuvo como foto de perfil un mono y la imagen del personaje de Scarface Tony Montana, su usuario dice haber nacido en Medellín y trabajar en Newell’s. Camino dijo en la audiencia que algunos agentes permiten ingresar celulares a cambio de dinero.

La investigación de las amenazas también detectó que una hermana de Camino sufrió el robo de su DNI, que fue falsificado con una foto de Melisa para que ésta pudiera visitar a Camino como si fuera un familiar, ya que por ser de alto perfil sólo le autorizan ese tipo de visitas. Con ese mismo documento se contrató el servicio de la base de datos Nosis, en la cual se obtuvieron los datos personales del penitenciario amenazado por Facebook. Esa fue sólo una entre las consultas por datos de doce personas que se realizaron entre el 12 y el 30 de junio.

Por esta contribución que le atribuyen, Melisa fue imputada como partícipe primaria de amenazas calificadas. Por la balacera a la sede de Alsina, en tanto, Camino fue imputado como coautor de amenazas coactivas doblemente calificadas por el uso de arma y con el propósito de obtener alguna medida o concesión de parte de un miembro de un poder público, además del delito de intimidación pública. A esto sumó las amenazas coactivas calificadas del otro agente penitenciario.

Camino cumple en Coronda una condena unificada a 25 años por los asesinatos de Andrés Farías, en diciembre de 2015, y del barra de Newell’s Rubén “Tuby” Segovia, apuñalado en una celda de esa misma cárcel el 24 de abril de 2018. En febrero pasado, en base a prueba hallada en un celular que le secuestraron, fue acusado de liderar una asociación ilícita desde la cárcel de Piñero.

La banda, que según la imputación cometía hechos cruentos como homicidios y extorsiones, fue desarticulada en 80 allanamientos hace un año en el barrio Godoy. Al grupo se le atribuyó ser la fuerza de choque del jefe de Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, en esa zona del oeste rosarino.

Melisa, de 35 años y detenida por la TOE cuando salía de visitar a Camino en Coronda, tiene sus propios antecedentes. El 27 de noviembre de 2020 fue condenada con otros hombres a tres años por integrar una banda dedicada a fabricar y vender carnés de conducir truchos que ofrecían vía Facebook por siete mil pesos. El grupo tenía su imprenta en Empalme Graneros y Melisa se ocupaba de contactar a clientes y distribuir el material.

El mes pasado fue acusada junto a Sandra C. como coautora del doble femicidio —también hay dos hombres acusados— de Estefanía y Mariela Gorosito, ejecutadas la noche del pasado 19 de julio con 12 tiros en un descampado de Cabín 9. Horas antes habían sido levantadas de un bar de Oroño y Salta donde merendaban. La hipótesis principal es que tenían una deuda con Camino, quien habría dado directivas desde la cárcel para el ataque.

La Capital