
Las fiestas clandestinas se reproducen en la región, violando las restricciones que impone la cuarentena por la pandemia del coronavirus.
A los distintos encuentros detectados en diferentes localidades de la provincia, se sumó ahora uno multitudinario que fue desarticulado en Armstrong, ciudad del departamento Belgrano ubicada a 94 kilómetros al oeste de Rosario. Pero esta, con un condimento especial: se armó al lado del cementerio municipal.
Otra «fiesta», no tan multitudinaria pero muy cuestionada, se produjo en Las Rosas, donde un grupo de jóvenes no tuvo la mejor idea que juntarse en una fábrica y depósito de ataúdes para dar rienda suelta a la diversión.
Lo sucedido en Armstrong ocurrió la madrugada del domingo, cuando una llamada al 911 alertó sobre el desarrollo de una fiesta y una gran cantidad de automóviles estacionados en cercanías de la necrópolis.
El encuentro se desarrollaba en la prolongación de la ruta nacional N° 178, a la altura del terraplén y en inmediaciones del cementerio.
La policía llegó al lugar y constató la presencia de al menos 200 vehículos. Según relató Radio EME, los participantes empezaron a dispersarse ante la presencia de los uniformados, algunos se dirigieron a Armstrong, otros tomaron la ruta hacia Villa Eloísa, mientras que hubo quienes tomaron la ex ruta 9 en dirección a Cañada de Gómez.
La secretaria de Gobierno de Armstrong, Daniela Pérez, expresó al portal Armstrong y Región que el municipio proyecta “reforzar los controles con adicionales”, y una vez más, apeló a la ciudadanía a tomar conciencia y responsabilidad individual debido al pico de casos de Covid-19 que hay en este momento en la región.
Entre ataúdes
Aunque no tan multitudinaria como la de Armstrong, otra fiesta sacudió a la región por las características del lugar elegido y por las imágenes morbosas que se tomaron y difundieron. Ocurrió en Las Rosas, cabecera del departamento Belgrano, ubicada a 123 kilómetros de Rosario, también sobre la ruta 178.
Allí, el fin de semana que pasó un grupo de jóvenes se reunió en una fábrica y depósito de ataúdes. El encuentro fue desactivado por la policía, luego de recibir una denuncia, consignaron medios locales.
Las imágenes del encuentro se viralizaron en las redes sociales y generaron la reacción de los usuarios, que vieron a jóvenes, presuntamente alcoholizados, “jugando” entre los cajones destinados a los muertos.
La policía se hizo presente en el lugar, pero no hubo detenidos por el hecho. Los uniformados sólo se dedicaron a desarticular la convocatoria.
El hecho se vinculó erróneamente con lo sucedido en Armstrong, donde aseguran que los participantes eran jóvenes y “no tan jóvenes”, y fue también un lugar mortuorio (o cercanías del predio) el elegido para el “festejo”.
La Capital