En Rosario piden medidas estrictas para bajar los números

Profesionales de la Salud comenzaron a coincidir en tomar medidas de mayores restricciones, al menos, por 15 días, por el peligro de colapso sanitario.

La cantidad de nuevos casos de Covid-19 confirmados en Rosario, que se mantienen en torno a los mil diarios, y el alto porcentaje de ocupación del sistema de salud “demandan reducir la circulación de las personas”, según advierten desde distintas instituciones vinculadas al sistema de salud.

No obstante, aclaran, las medidas deben contar con un fuerte consenso de sectores económicos y políticos de la región y una fuerte campaña de comunicación “para que la población tenga certeza de cuáles son las medidas y se facilite su cumplimiento”.

El secretario de Salud del municipio, Leonardo Caruana, advirtió este lunes que el 60 por ciento por ciento de los test para Covid-19 que se analizan en el laboratorio del Cemar tienen resultado positivo y que el sistema de salud se muestra al límite de su capacidad de atención. “Si se sigue tensionando el sistema sanitario, habrá que consensuar una restricción que sea homogénea por 15 días más y luego volver a la flexibilización”, consideró.

Desde la Asamblea de Trabajadores de la Salud Colectiva —donde participan profesionales del ámbito público y privado, en su mayoría médicos y enfermeros pero también trabajadores sociales y psicólogos— vienen reclamando formas más activas de administrar la pandemia.

“La curva de contagios, fallecidos y letalidad sigue en ascenso. La pandemia, tanto en Rosario como en la provincia, a pesar de todos los esfuerzos que se realizan desde los trabajadores de la salud, continúa descontrolada por el alto índice de circulación viral, lo que se demuestra con el alto porcentaje de hisopados positivos”, advirtió el médico e investigador de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Jorge Kohen.

Por eso, explica, “se impone un cambio fundamental en la estrategia con la que se está enfrentando la pandemia”. En relación a lo sanitario, considera, la situación demanda una suspensión de actividades en forma estricta por 15 días, para que disminuya la circulación y vuelva la posibilidad de trazabilidad y bloqueo del virus, para después pasar a una etapa de aislamiento selectivo e intermitente.

Comunicación efectiva

“En el plano político comunicacional debe reasumir el Estado municipal y provincial la responsabilidad que ha descargado en la ciudadanía y comunicar sin mensajes contradictorios las medidas adoptadas. Y en lo económico se debe asistir a los sectores que en los momentos de cierre no pueden trabajar, lo que implica no sólo subsidios sino no cobrar tasas, impuestos y servicios”, describió Kohen.

Para el profesional, es fundamental, “si se quiere tener éxito, impedir que ocurran muertes evitables y continúe la pandemia descontrolada, dar participación en todas las instancias a los trabajadores de la salud y a las organizaciones sociales, vecinales y quienes están haciendo el trabajo solidario de contención de los más vulnerables en el territorio”.

Un contundente consenso

Para el vicedecano de la Facultad de Medicina, Damián Lerman, la situación epidemiológica actual demanda la toma de decisiones. No obstante, confió el infectólogo, esas medidas no las pueden tomar sólo los especialistas en salud.

“Creo que los cierres intermitentes de actividades, que van y vienen, son una solución momentánea para un momento coyuntural. Pero cuando uno abre y cierra no puede solamente tomar en cuenta aspectos biológicos, epidemiológicos o científicos, debe tener en cuenta las consecuencias que esto tiene en cuestiones económicas, psíquicas y sociales. Y en eso se juega la política, que es lo que hace que estas decisiones tomen realce”, explicó.

En este sentido, apuntó que “toda decisión tiene que ser tomada por consenso”, ya que “no caben dudas de que en este momento de la epidemia la gente debería estar circulando menos, pero a esta altura del partido ya se puso sobre el tapete que las decisiones sanitarias tienen que ver con todo el espectro social y no pueden quedar sólo en manos de médicos, científicos o infectólogos”.

En definitiva, apuntó, “estas decisiones tiene que ser puestas en discusión con todos los representantes y actores sociales, de la economía, de la política, de las ciencias y lograr un consenso importante”.

La Capital