
Es uno de los casos más enigmáticos que tiene la ciudad y la herida aún no cierra. Es que Griselda Nuñez de Naón se fue de su casa el 15 de diciembre de 2006 y nunca más se supo de ella.
Una nota escrita a mano, dejada sobre la mesa de la cocina, sigue siendo, años después, la última señal de vida de la esposa del ex intendente de Coronda.
El caso estuvo signado por el misterio, las sospechas y el hermetismo de su círculo íntimo, que no deja de intrigar a los corondinos y desconcierta a los investigadores.
“No me busquen. No quiero velatorio. Entiérrenme”, decía la esquela que brevemente anunciaba una despedida. Allí quedaron también sus documentos y algunos otros objetos personales. Con ella desapareció el Fiat Uno ABJ-896 de color azul, en el que se presume abandonó la ciudad. Tampoco se supo jamás dónde está el coche.
«Tengo una herida de esas que cuesta cerrar, llanto que se niega a desperdiciar, no porque no valga y si porque nada me regresa. Tengo un dolor mudo y seco, que se muestra en una gran impotencia, no sabía que era, no creo que lo sintiera» escribió en la primeras horas de hoy una de sus hijas, María Elena.
«¿Cómo entender que tiene vida lo que daba por muerto? Tengo una pena que no explico, tan solo un hueco en el corazón, que se ha vuelto suspiro, eso mismo, que en el medio de la noche, se conoce como Ausencia» agregó.
Griselda era la esposa del ex intendente de Coronda, Juan Carlos Naón, y al momento de su partida tenía 62 años. La nota escrita de su puño y letra daba cuenta de una supuesta decisión de suicidarse.
La muerte de un hijo en un accidente de tránsito tiempo atrás la había sumido en una profunda depresión y ésa fue la principal hipótesis a la hora de la búsqueda.