El intendente de la ciudad de Gálvez, Mario Fissore, fue escrachado por un grupo de vecinos que lo esperaban a la salida del reconocido club Ceci, donde participó de una despedida de año junto a su equipo de gobierno y adherentes a su gestión.
Lo grabaron con sus teléfonos y viralizaron las imágenes. En la semana personal de salud había realizado recomendaciones para prohibir actividades debido a la situación epidemiológica que vive la ciudad. Fissore argumentó que «es todo mentira lo que están diciendo».
«Como Intendente Municipal de esta querida ciudad, me dirijo a toda nuestra comunidad, a los fines de ponerla en conocimiento de la real situación vivida, en el Club Ceci. Hemos realizado una cena con integrantes del Departamento Ejecutivo, y algunas personas más, que nos acompañaron durante toda la gestión de este año 2.020. Realizamos, dicha actividad, con los protocolos correspondientes, ya establecidos, en el club que tiene habilitación como bar, distribuidos en 5 mesas de 6 integrantes cada una, con los distanciamientos requeridos y en el horario de 21.30 a 01.30 como lo fue dispuesto en las últimas medidas tomadas, y consensuadas, desde la Junta de Defensa Civil» dijo el primer mandatario.
«Al retirarnos, hemos tenido que vivir una situación lamentable frente a las instalaciones del club, donde, un grupo de no más de 25 o 30 personas (todos jóvenes y adolescentes) de manera irrespetuosa, han expresado dichos contra mí y todo mi equipo de trabajo. Luego, siguiendo, con igual postura, hasta las puertas de mí domicilio. Insisto, incansablemente, que no estamos en contra de ninguna actividad de recreación y diversión para los jóvenes y adolescentes de nuestra ciudad, siempre y cuando, estén realizadas dentro de los parámetros y protocolos correspondientes, ya que hoy, más que nunca, con el aumento de casos, deben ser respetados y cuidados. Lo que sucedió el 24 por la noche fue una muestra de que no se han podido cumplimentar dichos protocolos» agregó.
Según los testigos, había unas 30 personas en el club. Mientras, en la puerta, por un lado los vecinos le pedían que habilitara las reuniones sociales y, por otro lado, trabajadores de la salud locales le exigían que diera «el ejemplo».