
Alfredo Santa Cruz es el primer hombre en el mundo que construyó una casa completa y amueblada de botellas, contará su historia y cómo comenzó a emprender el cuidado del medio ambiente desde Puerto Iguazú (Misiones) y fue ejemplo para el planeta.
El hombre llegó hoy a Coronda y permanecerá hasta mañana inclusive brindando charlas en escuelas y el Carancho Beach. Se trata de una historia muy particular que surgió en plena crisis del 200 y 2001, una problemática familiar transformada en atractivo turístico que, de paso, genera conciencia ambiental.
Así, en familia construyeron «La Casa de las Botellas» con botellas de litro y medio de la famosa bebida cola. «Venimos a contar con cosas reales y concretas cómo los residuos ambientales se pueden transformar en cosas útiles. La historia es maravillosa. Yo me quedé sin trabajo y empecé esto por una necesidad económica. Mi esposa también se quedó sin empleo y así salimos a juntar residuos, seleccionarlos y venderlos en las plantas de reciclado. Haciendo ese trabajo, mi hija me pedía una casita para un árbol y yo no se la podía comprar, de esta forma con mi esposa comenzamos a construir la estructura con botellas de plástico» cuenta Santa Cruz.
«La técnica consiste en juntar las botellas, todas iguales, elegimos las de Coca Cola porque en todo el mundo son iguales, luego se unen con un tornillo. En principio llevaba tiempo pero fuimos encontrando métodos para mejorar. Hoy es posible levantar una pared de tres metros de largo por 2,20 de alto en un día» agregó. Las botellas se usan vacías pero hay otros que lo hacen con «ecoladrillos o ladrillos del amor» que son botellas con etiquetas o elementos a reciclar adentro.
Los Santa Cruz armaron este proyecto autosustentable, que luego se convirtió en uno de los paseos preferidos por turistas y vecinos. Allí viven ellos, al tiempo que generan conciencia sobre los daños que provoca el plástico en el medioambiente.
Las paredes de la casa fueron hechas con 1200 botellas de plástico; el techo, con 1300 cartones de tetrapack; las puertas y las ventanas, con más de 140 cajas de CD; los sillones, con unas 120 botellas de plástico; y la cama, con otras 200 botellas más.
