
Un grupo de artistas corondinos comenzó en estos días una movida que fue difundida a través de las redes sociales para crear conciencia en la sociedad y el gobierno municipal de la necesidad de contar con un espacio físico para actividades culturales.
«Los centros culturales tienen suma importancia en la educación; permiten la transferencia del arte y la cultura. Facilitan la comunicación, promoción, difusión, interpretación y práctica del arte. Coronda no tiene un centro cultural, la sala Forte fue el último bastión, pero se perdió. En estos días un grupo d artistas autoconvocados, de distintas disciplinas, estamos organizando el reclamo por un espacio físico para tan noble como necesario fin. Podremos conseguirlo? La ciudad se lo merece» deslizó Alfredo Mestre.
El Salón Forte fue eje de varias polémicas en gobiernos anteriores. Por un lado por el deterioro, luego la recuperación y hasta el debate por utilizar el espacio primero como Concejo Deliberante y luego la intención de que fueran oficinas descentralizadas municipales. la nueva obra del Instituto 6 echó por tierra toda discusión.
Cabe aclarar que el gobierno de Santa Fe supo incluir al edificio de San Martín y Rivadavia en el Programa de Recuperación Patrimonial, a través del cual se invirtieron en su momento (allá por 2013) unos 37 millones de pesos para la restauración y puesta en valor de edificios emblemáticos ubicados en el centro histórico de la ciudad de Santa Fe y en varias localidades a lo largo del territorio provincial.
Los trabajos incluyeron refuerzos estructurales, restauración de fachadas, pintura, cerramientos, techos y en varios casos, ampliación de la superficie y refuncionalización de esos inmuebles, pero en Coronda se dieron algunos inconvenientes para terminar.
El emblemático edificio corondino -ex hotel Victoria y comprado por el gobierno provincial en 1981- brindaba un triste panorama a una de las esquinas céntricas de la ciudad. Hoy, se alza en ese lugar un imponente edificio para la Educación corondina pero la Cultura se quedó con las manos vacías.